Esta serie de mapas nos muestran la expansión de los monocultivos de palma africana en la provincia de Esmeraldas. Las primeras plantaciones de palma fueron instaladas en la provincia de Santo Domingo hace varias décadas, para posteriormente ir creciendo siguiendo la vía Santo Domingo – Esmeraldas, en especialmente en el cantón Quinindé.
Si en un principio las propias corporaciones se encargaban de la compra de tierra y del control directo del proceso productivo, con la llegada del monocultivo a Esmeraldas las grandes empresas comenzaron a incorporar a pequeños y medianos productores bajo esquemas de agricultura bajo contrato. Estos productores tuvieron que realizar drásticos cambios en sus fincas -por lo general, bastante diversificadas, como suele ser habitual en el mundo campesino- para adaptarse a las condiciones impuestas por las empresas. Sin embargo, las promesas de productividad y niveles de precios prometidas por las compañías no terminaron de concretarse, en parte debido a la aparición de plagas que impulsaron la ocupación de nuevos espacios al noreste de la provincia en el cantón San Lorenzo.
En la actualidad, San Lorenzo concentra los conflictos socioambientales vinculados a esta oleaginosa más emblemáticos del país. Uno de ellos tiene que ver con el despojo territorial provocado por la empresa Energy & Palm a la comunidad afroecuatoriana San Javier de Cachabí – Barranquilla. Como hemos mostrado en este artículo, la empresa lleva décadas ocupando el territorio comunal, expulsando y atemorizando a los líderes locales para que estos trabajen en las plantaciones y cedan su espacio de vida.