Texaco protagonizó la explotación petrolera en el Ecuador durante las décadas de los 60, 70 y 80 del siglo pasado. El Estado y la empresa consideraron la zona norte de Sucumbíos como terra nullius (tierra vacía), pasando por encima del pueblo cofán que habitaba ese espacio. El mapa de encima muestra cómo lo que ahora son los campos petroleros de Lago Agrio, Bermejo, Guanta, Parahuaco o Libertador eran parte del territorio ancestral. El mapa también muestra cómo, en la parte colombiana, la ocupación del territorio cofán se dió de manera similar.
Esta desposesión fue demandada por la Unión de Afectadas y Afectados por las Actividades Petroleras de Texcao (UDAPT), celebrándose el conocido como juicio del siglo, con una sentencia histórica que obliga a Texaco a indeminizar a los pueblos indígenas afectados. Sin embargo, la empresa ha conseguido evadir su cumplimiento mediante mecanismos de arbitraje internacional y actualmente lleva a cabo una campaña de intoxicación informativa para desacreditar a los demandantes.